lunes, 26 de mayo de 2014

EXPOSICIÓN 3 - ENCUENTRO DE LOS AFRODESCENDIENTES E INDÍGENAS DE LAS CULTURAS ANDINAS


PERÚ: UN EJEMPLO DE LAS RAÍCES AFRO EN AMÉRICA LATINA
RELATORÍA: ENCUENTRO DE LOS AFRODESCENDIENTES
(POR EDUARDO WILLIAMS – JAISON MURILLO)

Resultaría casi que imposible (y poco responsable) tratar de abarcar en este breve escrito más de cinco siglos de historia con todos los cambios que marcaron y determinaron el ingreso de la población afrodescendiente a Latinoamérica, aspectos que por sí solos darían para profundas investigaciones; sin embargo, resulta mucho más atractivo tratar de recoger y presentar algunas de las ideas de un análisis académico de un grupo de alumnos con visiones y posturas muy disímiles entre sí, que se cuestionan y debaten sobre las raíces y el legado afro presente en la actualidad, tema que requiere ser retomado por el alto impacto de las comunidades afro en el continente y mucho más en un país como Colombia, que viene atravesando problemáticas bastante serias que involucran y afecta a dicha población.

BREVE CONTEXTUALIZACIÓN

Es de resaltar que la población nativa del territorio latinoamericano era completamente indígena antes de la llegada de los colonizadores españoles, por tanto, el descubrimiento y posterior ingreso de esclavos africanos al continente trajo consigo un cambio notorio e importante que marcó profundamente los aspectos culturales, sociales, políticos y económicos por siglos y que aún, algunos de ellos (especialmente los culturales), siguen vigentes y presentes todavía en nuestros días.



Los esclavos africanos eran traídos del norte y sur de África e ingresaron por muchos puntos al “nuevo” continente americano, en una cantidad que se estima entre 100.000 a 150.000 personas, traídas de áfrica principalmente como esclavos para usar en la explotación de las riquezas naturales y las tierras, y también como guerreros en los enfrentamientos a los que se diera lugar.

La corona española, preocupada por la sublevación de los esclavos afros decidió otorgarle poder a los indígenas para la compra de esclavos añadiendo a esto leyes que les prohibían a indígenas y afros establecer relaciones sentimentales pues con ello evitarían que se establecieran alianzas entre ambos para que luchasen así por su libertad, sin embargo, esto no impidió que la comunidad africana, quien ocupó el último peldaño en la pirámide social, después de los indígenas, empezaron a forjar relaciones sociales y culturales que trascendieron e influenciaron notoriamente en las costumbres de ambas razas, tanto así que a pesar del exterminio de los Incas tradiciones religiosas como las del Pachacaman (un dios indígena que representaba el temblor y los movimientos telúricos) sobrevivieron gracias a la herencia afro.




EL AFRO EN EL AUDIOVISUAL

La esclavitud, el racismo, la desigualdad social y muchas más de las problemáticas que afectaron y afectan las comunidades afro a través de la historia hasta la contemporaneidad  han sido temas recurrentes y ampliamente tratados en el cine y la televisión para alimentar o ser la parte principal de sus tramas. El listado resultaría bastante amplio, sin embargo,  es posible enunciar algunas de ellas (dos colombianas recientes), entre las que se encuentra la famosa serie televisiva Raíces, y películas como: Poder de uno, Historia Americana X, La última cena de Tomás M, Tiempo de matar, Django, la Playa D.C., Chocó, entre muchas, muchas, más.

Valdría la pena partir desde el punto de vista de la realización audiovisual para ahondar en una investigación que permita determinar el cómo se ha abordado este tema en relación a las problemáticas que afrontan los miembros de estas poblaciones, ojalá enmarcada en la cinematografía local y el territorio colombiano.

LA ESCLAVITUD: “RASTROS QUE PERDURAN”

A pesar que en la actualidad está completamente abolido cualquier tipo de esclavitud es posible encontrar en ciertas prácticas algunas analogías, entre ellas las que se observan en el desarrollo deportivo (sobre todo en el fútbol) donde se compran y se venden jugadores por precios y sumas exorbitantes y donde el mayor porcentaje de ganancias queda en manos de los empresarios y dueños de los equipos deportivos.

jugador victima de trata de personas

EL DEBATE

En la mayoría de encuentros donde se exponen temas de interés común, y más cuando se tratan de temas que elevan emociones y causan ampollas en algunos grupos de nuestra sociedad, era de esperarse que un debate se presentara en medio de la exposición del tema.

El eje principal de la discusión estuvo marcado por el hecho mismo de la existencia de las llamadas comunidades o grupos minoritarios; ¿deberían o no deberían ser llamados o autodenominarse como tales? Pareciera que ostentar esta denominación influyese en conservar o seguir trayendo a colación aún el yugo de esclavitud y discriminación hacia una parte de la población. Se menciona la idea o la No-necesidad de autodenominarse como comunidad o grupo, ya sea afro, indígena o demás, o de requerir beneficios adicionales, ya que esto de por sí, los conlleva promulgarse como un grupo diferente que no posee las mismos derechos que los demás y por ende debe continuar en la lucha de un reconocimiento, que debería ser inherentes en cada ser humano.

No obstante, se aclara que el reconocimiento continúa siendo una utopía; que aún en nuestra sociedad que se hace llamar democrática y moderna, no es posible afirmar que cada uno de los miembros de cada comunidad, independiente de la raza, del sexo, orientación sexual, de su condición política o religiosa, posee igualdad de condiciones frete a los otros.

Por ende es una discusión que conduce a los postulantes a un camino sin salida, o peor aún, a un punto de muchos caminos que no conducen a una acertada respuesta, sino, que se enfrasca en las múltiples percepciones que varían y chocan entre sí.

Por otro lado, se asegura que también cabe la posibilidad de no ver estas auto-denominaciones como un problema auto-discriminatorio, de estigmatización o separación de la sociedad, sino más bien como una celebración a la diversidad. Una sociedad en la cual se reconocen como parte de otro grupo para resaltar valores culturales propios de dicha comunidad que se han conservado y manifestado desde siglos atrás. Para finalizar se llega a la conclusión de que no todos somos iguales, por esa misma razón no deberían contemplarse los derechos partiendo de las comunidades, sino, que deberían contemplarse los derechos partiendo del hecho de que somos individuos. Por ende el derecho no radica en si se es mujer, negro, homosexual, católico, indígena, sino como el derecho que le corresponde por ser un individuo parte de una sociedad.

afrodescendientes en la historia latinoamericana





“Nadie más que nosotros mismos para liberarnos”
Robert Nesta Marley Booker “Bob Marley”




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